En los últimos años, compañías automovilísticas chinas como MG, BYD, NIO, Xiaomi y Great Wall Motors han ganado fuerza en el mercado europeo. El gigante asiático ha respaldado el vehículo eléctrico con subvenciones y ayudas a sus principales fabricantes, que han llegado a países occidentales con precios tan competitivos que son difíciles de igualar por marcas establecidas en Europa.

Según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), las marcas chinas han pasado de representar el 0,4% al 4% de las ventas de coches eléctricos en Europa en solo tres años. A pesar de que los coches cero emisiones más vendidos siguen siendo europeos y estadounidenses, nombres como MG y BYD podrían competir con marcas premium como Audi, BMW o Mercedes. Además, el capital chino ha entrado en empresas europeas históricas como Volvo o Mercedes.

Las ventas de coches eléctricos chinos han pasado de representar el 0,4% al 4% del mercado en tres años

La Comisión Europea está considerando un paquete de medidas para equilibrar el mercado, incluida la posibilidad de imponer aranceles a los coches eléctricos chinos. Aunque todavía hay debate sobre la idoneidad de esta medida y su impacto en la transición a los coches eléctricos, hay preocupación por los intereses de la industria y el medio ambiente.

Cristian Quílez, de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), explica que la propuesta de aranceles surge de una iniciativa del Ministerio de Economía francés para proteger a la industria europea y aumentar su presencia en el despliegue del vehículo eléctrico. Sin embargo, señala que los vehículos eléctricos chinos son más asequibles y a veces ofrecen mejores prestaciones, lo que aumenta la accesibilidad al coche eléctrico.

Quílez también menciona que la industria europea ha reaccionado lentamente a la creciente cuota de mercado de los coches eléctricos chinos, lo que se refleja en ciertas políticas como Euro7 que alargan la vida de los motores de combustión. En lugar de bloquear con aranceles, Quílez sugiere ayudar a la industria europea y brindar ayudas para la compra de marcas locales.

Carlos Rico, experto en movilidad sostenible de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, cree que un arancel podría afectar los precios de los vehículos eléctricos y retrasar la transición, pero destaca que hay medidas adicionales que podrían justificar un arancel comercial.

Carlos Rico: «Un posible arancel podría afectar a los precios de los vehículos eléctricos y retrasar la transición»

Rico sugiere que, en lugar de imponer una tarifa sin más, se deberían incluir criterios relacionados con asegurar una reducida huella ecológica en la producción y respetar determinados derechos sociales para promover una industria respetuosa con el medio ambiente y beneficiosa para los trabajadores.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) no afirma la necesidad de un arancel, pero insta a tomar medidas que fortalezcan la industria y defienden la libre competencia en el mercado, independientemente de la procedencia del bien.

Derechos laborales y ambientales

Imponer aranceles por parte de Europa también encaja con la necesidad de penalizar a los fabricantes que no ajusten su producción a las normas de calidad medioambiental y social de la UE. Esto podría fomentar una industria respetuosa con el medio ambiente y beneficiosa para los trabajadores.

Los aranceles podrían incluir criterios relacionados con asegurar una reducida huella ecológica en la producción y respetar determinados derechos sociales.